A pesar de estar pasándomelo bien, haciendo algo que me gusta y que llevo mucho tiempo queriendo hacer, y ciertamente disfrutándolo, estoy empezando a encontrar dificultades, para mí, inesperadas.
Me empieza a faltar la gente, y, sin llegar a ser tristeza, tengo bastantes momentos en los que me llego a plantear si volver. No lo hare, pues estoy experimentando un crecimiento personal importante en muchos aspectos que considero que valen más que el viaje en sí. Quiero continuar para finalizar ese desarrollo, no tanto por ver o visitar otros países y culturas que, por supuesto, también es fantástico.
Para mi este viaje empieza a ser más bien un retiro y un autoconocimiento, de una forma, ciertamente, bastante más agradable e interesante para mí que en otros formatos. Los problemas que surgen en el camino no son tales, pues siempre hay alguna solución. Pero la gente no aparece junto a ti, por mucho que estés en contacto con el móvil.
Desviar mi ruta por la rodilla, así como “perder” días esperando al avión, desmontando la bici, etc., me hacen sentir que estoy desvirtuando mi idea inicial del viaje. Estoy empezando a lamentar ir a Washington y Nueva York a pasar varios días allí de visita, pues igual habrían estado mejor empleados en Africa pedaleando. Muchos errores o novatadas en un viaje que, para mí, era el definitivo. La experiencia que tenia acumulada está claro que no era suficiente, pues se limitaba a dentro de la península ibérica.
Tampoco ha ayudado la mala red de transportes de Estados Unidos. Por eso mismo, estoy pensando en no ir a África tras Bangkok, y recorrer Asia hacia el sur, hasta Bangkok. Pues 5 días entre unas cosas y otras para viajar en avión equivalen, ni más ni menos, que a cruzar España. Estoy viendo que, de unos 150 días totales, alrededor de 20 estarán dedicados a eso, días de margen para el avión, encontrar caja, desmantelar la bici, volar, día de llegada, etc. A mi juicio, una barbaridad. Así que, como digo, probablemente no haga otro vuelo más (salvo el necesario de Japón a Hanoi) con tal de no incrementar esa cifra y seguir viajando, que es mi propósito principal.
Aprovecho a agradecer a toda la gente que me escribe y me anima que, aunque me hacen saltar las lágrimas, hacen posible que siga pedaleando tan lejos de casa.